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La Fiesta del Corpus y
el Teatro en Galicia
El
origen de la fiesta del Corpus Christi se encuentra en la visión de la Beata
Juliana de Lieja (1246). En sus comienzos fue simplemente una fiesta local hasta
que Urbano IV la hizo extensiva a todo el mundo católico en 1264 y fijó su
celebración en el jueves siguiente a la octava de Pentecostés. Desde 1316 con
Juan XXII, la exaltación eucarística se llevó a cabo mediante una procesión,
solemne, pública y general del pueblo llano, gremios, nobleza, clero y
magistrados en todas las parroquias, villas y ciudades. Con el paso del tiempo,
las procesiones se convirtieron en espectáculos parateatrales con bailes,
entremeses, carros engalanados con figuras y actores, decorados urbanos como
castillos, arcos y adornos florales, gigantes, cabezudos, demonios y máscaras
variopintas y la inevitable Tarasca (en Galicia Coca), serpiente-dragón,
símbolo de las fuerzas demoníacas vencidas por el Sacramento.
En la Península, parece que
Alfonso X tomó parte en una celebración del Corpus en Toledo hacia 1280
y sabemos que en Sevilla se celebró en 1282 pero no es probable que por
estas fechas se hiciesen procesiones urbanas. Éstas están documentadas
en primer lugar en el área catalana (Gerona ca. 1314, Barcelona 1319-20,
Vic y Tortosa 1330, Valencia 1355), donde la escenografía de los cuadros
estaba establecida hacia 1400. En el resto del territorio peninsular los
datos sobre procesiones son en general más tardíos, la mayoría ya de
principios del siglo XV (Guimarães 1318, Santiago 1326, Murcia 1419,
Alcobaça 1435, Ourense 1437, Sevilla 1454...).
En lo que respecta al aparato
espectacular de las procesiones ciudadanas, hay que buscar sus
antecedentes en las fiestas cortesanas y en las Entradas Reales, no en
las procesiones religiosas anteriores, la mayoría más bien tétricas y no
festivas como la del Corpus, fiesta de primavera, de triunfo y
resurrección. Similar es el caso de los Entremeses que
frecuentemente se representaban en la misma procesión, su origen se
encuentra también en los Momos y en las representaciones mímicas
o dialogadas cortesanas. De las fiestas cortesanas proceden así mismo
los Salvajes que suelen aparecen en las procesiones y en el
mismo ámbito están documentadas
Tarascas y monstruos similares antes de su aparición en el Corpus.
El otro componente del espectáculo urbano del Corpus es el del folklore
popular que aflora en las danzas gremiales de espadas, arcos y penlas
que parecen remitir a un sustrato muy antiguo, quizás precristiano.
Centrándonos en el caso gallego, la
celebración de procesiones espectaculares del Corpus está acreditada con
seguridad tan sólo desde el primer tercio del siglo XV. Aunque algunas
leyendas y romances populares remontan su origen al siglo XIV, por
ejemplo la que sostiene que el arzobispo compostelano D. Suero Gómez de
Toledo fue asesinado en Santiago cuando llevaba el Sacramento en la
procesión, o la de Xán de Arzúa en Allariz (1317), su veracidad
es, como vamos a continuación veremos, bastante dudosa.
En el caso de Compostela, una
copla popular de fecha indeterminada presenta al arzobispo asesinado
ante la casa de la Balconada durante la procesión, pero todas las
fuentes históricas coinciden en que el asesinato de Don Suero tuvo lugar
el 29 de Junio de 1366, cuando el Corpus de ese año cayó en el día 4, y
la casa de la Balconada no existía como tal en el siglo XIV.
En la villa de Allariz, la
tradición popular habla de la celebración de la procesión del Corpus
desde 1316, año de su institución por Juan XXII, lo que habría dado
lugar a las burlas de la comunidad judía provocando al año siguiente la
salida de Xán de Arzúa que montado en un toro enmaromado dispersó a los
judíos arrojándoles harina mezclada con hormigas rabiosas (esta leyenda
está en el origen de la Festa do Boi que ha pervivido en Allariz
hasta la actualidad).
Varios autores aluden también
a la fundación en estos momentos de una Cofradía do Corpo de Deus,
con sede en la Parroquia de Santiago, lo que de ser cierto convertiría a
Allariz en la primera villa de Galicia, y una de las primeras de España,
en haber celebrado una procesión del Corpus. Sin embargo, no se conserva
documentación de la época que pruebe estas afirmaciones (Puga Brau habla
de pergaminos desaparecidos) y la que se conoce es contradictoria ya que
aparentemente remonta la fiesta incluso a fechas anteriores. Así sucede
con la famosa Carta de Avenencia que firmaron el 10 de Mayo de
1289 Pero Eanez, merino de la villa de Allariz, y Isahak Ismael, “Xudeo
Maor dos xudeos moradores en esta vila”, en la que se estipula que “cando
nos saquemos o noso Deus e sua nai Santa Maria pelas ruas, non ha de
estar hi presente ningun xudeu; e os cristians tornarnos han das ruas
onde pasaren co noso Deus, porque se non mofen, e non aya hi quimeiras
nin ruindades nin desaguisados como de costume”.
Las “burlas, quimeiras,
ruindades y desaguisados” parecen aludir a incidentes previos a los
que dieron lugar a la intervención –histórica o legendaria- de Xán de
Arzúa pero, aunque la referencia “cuando saquemos a nuestro Dios... por
las calles” ha sido interpretada como alusión a las procesiones del
Corpus, dada la fecha del documento es probable que se refiera en
realidad a la salida de la hostia consagrada a las casas de los
enfermos. Esta conducción del viático daba lugar a una pequeña
procesión, la cual sabemos que no podía ser contemplada por los judíos a
los que ya en las Partidas de Alfonso X el Sabio se les obliga a
arrodillarse y humillar la cabeza o abandonar las calles por las que
pasaba (Part. I, Tit. VIII, Ley XXI).
Se han aducido también como
indicios de la antigüedad de la fiesta del Corpus en Galicia la
existencia de un antiguo culto eucarístico del que serían vestigios la
exposición permanente del Santísimo en la Catedral de Lugo o la leyenda
del Cáliz do Cebreiro. Ambos casos son sin embargo de fecha incierta que
no parece anterior al siglo XIV.
La catedral lucense tiene en efecto
el privilegio poco frecuente de exponer permanentemente la Hostia
consagrada, y en la ciudad se celebra desde 1669 el día del Corpus la
Ofrenda del Reino de Galicia en cuyo memorial de constitución se
afirma que “hay más de mil y noventa años que en el altar de su
Capilla Mayor goza este Nobilísimo Reyno la verdadera y real presencia
de Nuestro Redentor Sacramentado”, lo que llevaría al siglo VI como
fecha de instauración del privilegio que la tradición justifica en el
hecho de haber sido Lugo la única sede episcopal que no fue ocupada por
los árabes. Los redactores del memorial de 1669 se fundan probablemente
en la autoridad del Padre Gándara (Armas y triunfos : hechos heroicos
de los hijos de Galicia, Madrid, 1662), pero la mayoría de los
estudiosos actuales no se atreven a ir tan atrás y hablan del siglo XII
o del XV como fecha de origen de la exposición permanente. En todo caso,
lo único que está claro documentalmente es que en el siglo XIV ya se
celebraba la fiesta del Corpus en la catedral lucense (se conserva una
Misa de Corpus Christi en un Breviario de esa centuria), y
que la exposición permanente tenía lugar a mediados del siglo XVI cuando
la menciona el Licenciado Molina en su Descripción del Reino de
Galicia como cosa antigua pero sin precisar su origen.
En cuanto a la leyenda del
Cáliz do Cebreiro, en el que la tradición supone que se habría
verificado el milagro de la transubstanciación, aunque se relaciona con
una pieza de orfebrería de finales del siglo XII, parece que no es
anterior al siglo XIV y sólo tenemos documentación sobre ella desde el
siglo XV por lo que no sirve para probar la antigüedad del culto
eucarístico en Galicia aunque sí como testimonio de su arraigo en
tierras gallegas, ejemplificado además por la etimología popular que
hace derivar el propio nombre de Galicia de la palabra “cáliz”, y por la
presencia del cáliz y la hostia en el escudo del Reino de Galicia y en
los de Mondoñedo, Viveiro y Lugo, ciudad esta última que hace profesión
de fe en la leyenda de su escudo reproduciendo la que tenía el del Reino
de Galicia en el siglo XVII:
HOC HIC MYSTERIUM
FIDEI FIRMITER PROFITEMUR
[= Aquí profesamos fe firme en un misterio].
Además de estos datos, ya
conocidos, he podido presentar en algunos de mis trabajos un par de
documentos que prueban la temprana celebración del Corpus en tierras
gallegas y que habían sido pasados por alto por anteriores estudiosos de
la fiesta. En primer lugar está el testamento de Teresa Suárez, abadesa
de Ramirás, que en 1295 dona un cendal (velo) “pera manto et pera
guardar o Corpo de Deus por dia de Corpus”. A finales del siglo XIII,
por tanto, ya se celebraba de manera especial la fiesta del Corpus en
algunos lugares de Galicia y en la centuria siguiente aparecen en los
libros litúrgicos gallegos misas y oficios compuestos expresamente para
la fiesta (Breviario lucense). Esto no supone que hubiera
procesiones pero estas están documentadas de manera fehaciente en
Compostela en 1326 en un documento que prueba que en esos momentos
comienza el proceso de espectacularización de la fiesta que culminará en
el siglo XVI. El documento en cuestión, un acuerdo del Cabildo
catedralicio con el Arzobispo D. Berenguel de Landoire, indica que el
Sacramento sería llevado en la procesión por el propio Arzobispo o el
Cardenal hebdomadario -aún no había custodia-, y se acuerda en él dotar
la fiesta del Corpore Christi con 200 maravedíes que debían de
permitir celebrarla con la misma solemnidad y aparato, o mayor si se
pudiera, que las demás fiestas principales del año [“et solemnius si
fieri possit” dice el documento].
Es posible que las procesiones
compostelanas fueran en ese momento estrictamente litúrgicas y quizá se
hacían dentro de la Catedral, pero el deseo de solemnizar la fiesta
debió de convertirlas pronto en espectáculo urbano extendiendo su
celebración a otras ciudades gallegas. En la centuria siguiente sabemos
que la procesión compostelana salía de la Catedral y hacía una parada en
la Plaza de la Quintana, según consta en un documento de 1467 en el que
María Álvarez de Sotomayor dona al tesoro catedralicio un rico paramento
bordado con la condición de que no fuese vendido ni se prestase para
ninguna fiesta “saluo se fose para cuando se posese o corpus domini
eno monimento ou ena quintán en dia de corpus xristi”. En el mismo
siglo tenemos varios documentos que prueban la existencia de procesiones
con juegos, danzas y coca (Ourense 1437) y por primera vez se menciona
en las Constituciones Sinodales de las diócesis gallegas la
obligatoriedad de celebrar la fiesta (Constituciones del obispado de
Tui, Diego de Muros, 1482).
En todo caso, parece que la difusión
de la festividad por toda la geografía gallega no se produjo hasta el
siglo XVI, centuria en la que, siguiendo las directrices de la
Contrarreforma, se instituyeron las Cofradías del Santísimo por el
arzobispo compostelano Gaspar de Zúñiga y Avellaneda (1559), las cuales
se extendieron rápidamente por Galicia. Del XVI son también las primeras
descripciones completas de procesiones en las villas gallegas (Santiago,
Pontevedra…), del mismo siglo las primeras referencias de actividades
teatrales relacionadas con el Corpus, e igualmente de esa centuria las
custodias procesionales más antiguas que se conservan en las iglesias y
catedrales gallegas, y numerosísimos datos que prueban la existencia de
custodias y cruces procesionales, hoy perdidas, encargadas por las
Cofradías del Santísimo no sólo de ciudades y villas de importancia sino
también de parroquias rurales lo que testimonia la extensión del Corpus
en Galicia por estas fechas.
Se conservan descripciones y
noticias relativamente abundantes de las procesiones de Ourense,
Santiago, Pontevedra y Betanzos, así como referencias más breves de Noia,
A Coruña, Padrón, Ribadavia, Mondoñedo, Allariz, Vigo, Bouzas, Cambados,
Ribadeo y otros muchos lugares. En ellas se pone de manifiesto que, tal
y como sucedía en multitud de sitios de España y de Europa, las
procesiones gallegas eran un auténtico espectáculo urbano en el que
intervenían actores, músicos y grupos de baile, además de carrozas
engalanadas, salvajes, máscaras, penlas, y figuras portantes como
los gigantes y cabezudos o la Tarasca (Coca). |

Custodia procesional de la
catedral de Santiago
Antonio de Arfe (1539-73)

Escudo del Reino de Galicia en
la edición de 1603 del Mapa de Galicia del padre Fernando de Ojea
(Amberes,
Ioannes Baptista Vrints)

Escudo del Reino de Galicia en
la 2ª edición del Mapa de Galicia del padre Ojea (Amberes, Imp.
W. Blaeu,1612).
Primeras apariciones del lema:
HOC MYSTERIVM
FIRMITER PROFITEMVR

Cáliz do Cebreiro (s. XII) en
el que según la leyenda se habría producido el milagro de la
transubstanciación.

Custodia de Redondela (finales del XVI). Procede de la iglesia de
Santiago de Vilavella. Museo diocesano de Tui. |